Engaño

De Mentira Pedia
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Contenido

CONCEPTO

¿Qué entendemos por engaño?

El engaño (DRAE) es la acción y efecto de engañar. Inducir a alguien a tener por cierto aquello que no lo es valiéndose de palabras y de obras aparentes o fingidas. Implica una intencionalidad, una voluntad de dar a la mentira la apariencia de verdad. En el engaño se une la creencia del hablante de que su afirmación es falsa y la intención de engañar o influenciar en el estado mental del oyente.

Se engaña ocultando, escondiendo, reteniendo o callando la verdad. En su manifestación más grave se produce cuando se distorsiona o falsea la verdad, fabulando o manipulando la realidad.

Según la teoría de Mc Cornack (1992) sobre la manipulación de la información, la mayoría de los engaños se producen por la omisión de información, la falsificación, la ambigüedad en cómo se presenta la información y/o la evasión intencionada de la información.

INVESTIGACIÓN

¿Es el engaño algo habitual?

La idea generalizada es que el engaño es un rasgo común en los animales y en los seres humanos. Según estudios realizados por Feldman, RS, Forrest, JA & Happ, BR (2002), en el transcurso de una interacción social de diez minutos, la mayoría de las personas pueden llegar a mentir hasta tres veces por término medio. Y entre el 60 y el 70% de los estudiantes de secundaria hacen trampas en los exámenes.

Otro estudio realizado DePaulo, B.M., Kashy, D.A., Kirkendol, S.E., Wyer, M.M. y Epstein, J.A. (1996) contempla que los estudiantes universitarios admiten mentir un promedio de dos veces al día y, la gente en general, al menos una vez al día por término medio en una de cada cuatro interacciones sociales.

Serota, Levine & Boster, (2008) llegaron a la conclusión de que la mayoría de las mentiras son contadas por los mentirosos prolíficos y la mayoría de la gente trata de ser honesto la mayor parte del tiempo.


¿Existe relación entre la personalidad y el engaño?.

Algunos estudios parecen demostrar que hay tipos de personalidad que podrían tener más facilidad para engañar, por controlar mejor las exigencias de la tarea de engaño. En términos generales, los rasgos de extroversión, estabilidad emocional, la frialdad afectiva, la irresponsabilidad y la inteligencia podrían ser rasgos predominantes entre los mentirosos.

Entre los estudios realizados sobre la personalidad y mentira destacamos los siguientes: Fornaciari y cols (2013). The Effect of Personality Type on Deceptive Communication Style.; Isenberg, A.N. (2011). Personality type and the successful liar.; Vrij y cols. (2010). Good liars.; DePaulo, B. (2009). The lies we tell and the clues we miss.; Fullam y cols. (2009). Psychopathic traits and deception: functional magnetic resonance imaging study.; McLeod y cols. (2008). Predicting the acceptability and likelihood of lying: The interaction of personality with type of lie.


¿Existen diferencias entre sexos a la hora de mentir?

Durante la investigación de las reacciones emocionales ante el engaño realizados por Levine, McCornack y Avery (1992) se encontró que las mujeres tienden a valorar más la honestidad y ver la mentira generalmente como menos aceptable.


¿Por qué se engaña?

Según Aldert Vrij, (2001 y 2007) entre las razones que podría tener una persona para engañar, estarían la de ofrecer una impresión positiva a los demás, evitar situaciones embarazosas que supongan la desaprobación social (las llamadas “mentiras sociales) mantener una buena interacción social, obtener un beneficio personal, evitar un castigo potencial, beneficiar a otra persona, otras razones materiales o psicológicas. Existe una relación directa entre motivación y mentira. Cuanto mayor sea el objeto del engaño mayor será la motivación para engañar. Por otro lado, existe una cierta tendencia a la credulidad o predisposición a creer todo lo que “endulza”, “ilusiona”, “da esperanza” o “halaga”.


¿Es fácil detectar que alguien nos engaña?

La detección de la mentira no parece ser una tarea fácil. En un estudio de meta-análiis realizado por Aamondt, MG y Custer, H. (2006) sobre la habilidad para detectar mentiras entre profesionales en la detección del engaño (policías, detectives, jueces y psicólogos) y otro colectivo de estudiantes no adiestrados en la materia, se llegó a la conclusión de que los profesionales no fueron más certeros en la detección del engaño que los estudiantes universitarios y los ciudadanos de a pie.

La mayoría de los investigadores cree que el conocimiento de la otra persona mejora la precisión en la detección del engaño. McCornack y Parques analizaron el sesgo que se podía producir por el hecho de que cuanto más conoces a alguien, mayor es la tendencia a confiar en ella y que el exceso de confianza y el sesgo de la verdad podrían reducir la precisión en la detección del engaño.

Algunos de los motivos por los que podríamos no ser tan buenos detectores de mentiras se debe a los denominados “efecto avestruz” (a menudo simplemente no queremos saber la verdad, “ojos que no ven, corazón que no siente”), “efecto nariz de Pinocho” (no existen indicadores patognomónicos e indiscutibles de la mentira) y el “sesgo de veracidad” según el cual tendemos a juzgar más fácilmente los mensajes como verdaderos que como falsos.

Más aplicable al campo judicial, policial y forense, donde es especialmente relevante analizar adecuadamente los indicios de engaño, destacamos las aportaciones realizadas por Levine y Mc Cornanck , (1999) sobre la importancia de reportar la precisión de las verdades por separado de la precisión de las mentiras para dar mayor garantía al estudio y de Park- Levine (2001) sobre el modelo de probabilidad de precisión en experimentos de detección de engaño.

Por último, también es interesante analizar el “efecto sondeo” estudiados por los autores Levine y Mc Cornack (la constatación de una fuente no cuestionada hace que se tienda a creer más el testimonio).

GENERACIÓN DEL ENGAÑO Y SUS MANIFESTACIONES

PROCESO


La falsedad y el engaño son cuestiones de interacción social entre dos o más interlocutores. El proceso del engaño implica percatarse de la situación que nos “requiere” engañar, decidir engañar, inhibir la verdad, elaborar o idear la información falsa y producir el engaño. Este proceso implica tres tipos de actividad cerebral (emocional, cognitiva y de control conductual), que se producen simultáneamente, y que pueden generar una serie de manifestaciones que nos sirvan de indicios sobre si la persona que nos habla puede estar intentando engañarnos.

- Actividad emocional que puede generar reacciones tales como la excitación por el beneficio que podríamos obtener al salir con éxito del engaño, el miedo a ser descubiertos o la culpabilidad. En el primero actuaría el sistema cerebral de expectativa de refuerzo, motivacional, o Activación Conductual BAS (Behavioral Activation System). En el caso del miedo o la culpabilidad están implicados los sistemas cerebrales de ataque, la huida y la inhibición conductual o evitación.

- Actividad cognitiva alta que se produce al tener que inhibir la información verdadera que es la que tenemos almacenada en la memoria y elaborar una información falsa. Esta es la razón por la que nuestros gestos y movimientos se ralentizan, paralizan o se pierde el control sobre ellas generando lo que llaman Indicadores cognitivos de la mentira.

- Actividad de gestión y control conductual al inhibir nuestras reacciones tanto verbales como no verbales para no ser detectados, y ajustar nuestro discurso y nuestros gestos, postura, tono de voz etc., para producir en quien nos escucha la impresión de que estamos diciendo la verdad. Este “sobre-control” de nuestra conducta puede dar lugar a comportamientos rígidos y faltos de espontaneidad.


LA DETECCIÓN DEL ENGAÑO



En primer lugar, habría que decir que no existe en la actualidad ninguna técnica, instrumento o sistema que permita saber de forma infalible si alguien está intentando engañar. Sin embargo, sí existen indicadores de mentira que se puede observar y recopilar cuando se sospecha que una persona puede estar intentando engañarnos.


INDICADORES


Los indicadores son señales que emitimos ante la situación de mentir o engañar. Pueden ser intencionales, fundamentalmente verbales, generados por parte de la persona mentirosa para controlar estratégicamente su conducta y así aumentar la probabilidad de éxito de su engaño, o bien involuntarios, originados como consecuencia del conflicto emocional entre el deseo o la necesidad de engañar y el temor a ser descubiertos, y el esfuerzo cognitivo que supone.

A lo largo de la historia diferentes situaciones y culturas han intentado detectar el engaño basándose en ciertas respuestas o manifestaciones que delataran al mentiroso. Tras diversos estudios, podríamos concluir que existen tres tipos de indicios para detectar el engaño: verbales, no verbales y fisiológicos.


Indicadores verbales

Como ejemplos de Indicadores verbales de la mentira podríamos mencionar: la comunicación intencionadamente vaga, la utilización excesiva de generalizaciones, uso frecuente de modificadores del lenguaje como “la mayor parte de las veces”; “frecuentemente” ; el uso de un lenguaje menos directo y más distante, la aportación de información irrelevante en el mensaje, la comunicación evitativa, la utilización de frases hechas, el incremento excesivo de la información, la actitud sospechosamente cooperativa, la utilización de frases en negativo, el uso de mayores referencias grupales y menores auto-referencias o el uso de pronombres personales (p.ej., “nosotros”, frente a “yo” o “mi”), la tendencia a la repetición de palabras o frases incluso dentro de una misma oración, o bien de uno o varios detalles de información e incluso un mismo argumento; el discurso que contiene un menor número de detalles, cuando se responde más indirectamente a las preguntas…


Indicadores no verbales

Entre los Indicadores no verbales de la mentira para la detección del engaño podríamos citar: un tono de voz más elevado, menos movimientos expresivos de brazos, manos y dedos; menos movimientos de piernas y pies, empleo de menos ilustraciones, más pausas en el discurso, falta de sincronía en los patrones faciales con la expresión emocional veraz, respuestas menos plausibles y convincentes (De Paulo et al., 2003; Strömwall, Granhag y Hartwig, 2004.

Otro indicio será la falta de congruencia entre la emoción esperada y la emoción expresada. En estados de alta intensidad emocional, la expresión emocional será muy difícil de ocultar, apareciendo, en la mayoría de los casos, determinadas expresiones faciales, microexpresiones' y/o expresiones sutiles de la emoción realmente sentida.


Indicadores fisiológicos

Como ejemplos de Indicadores fisiológicos de la mentira podríamos citar las variaciones en la presión arterial, el ritmo cardíaco la frecuencia respiratoria y la respuesta galvánica o conductancia de la piel. Estas respuestas se generan ante determinadas preguntas y pueden estar relacionados con distintas causas, por ejemplo que el decir la verdad esté automatizado como respuesta, el miedo al castigo o a las consecuencias, el conflicto interno a nivel moral de decir la verdad, la motivación a no ser descubierto, el remordimiento, en respuesta a un estímulo (pregunta) intimidante o amenazante etc.

La intensidad en una manifestación varía en función de distintos factores como la personalidad del sujeto (emocional/racional), inteligencia (alta/baja), conducta social (obediente/desobediente), grado de miedo a las consecuencias, posibilidad de ser descubierto, gravedad de la falta cometida, experiencias previas respecto al hecho de metir…, todas ellas condicionan la respuesta.

La mentira o el engaño no genera reacciones por sí mismas, sino que son las circunstancias en las que se generan las puede producir efectos fisiológicos. La idea sería poder someter al sujeto a determinadas circunstancias para generar unas respuestas concretas que puedan ser observadas y analizadas.

Los métodos actuales para la detección del engaño han sustituido los métodos rudimentarios por otros con un mayor rigor científico pero aún existe una escasa investigación en relación a su validez o exactitud en relación con la detección del engaño y son múltiples los factores que pueden afectar a la validez de un testimonio. Así por ejemplo en una toma de declaración policial podrían afectar los errores de omisión y de comisión, factores situacionales, factores del testigo, las condiciones en las que se toma la declaración (tipo y orden de preguntas, tiempo transcurrido, capacidad de los policías), Ruiz-Vargas, J. (1991).

Una persona que dice la verdad puede mostrar también “indicadores de engaño”, debido al miedo / indignación a que no se la crea, sentimientos de culpa por “otra” cosa “mala”, errores propios de la memoria, ...

En cualquier análisis de un engaño hay que analizar los indicadores verbales, no verbales y fisiológicos junto con el contexto que sustentaron el discurso, teniendo en cuenta que la decisión de si una persona engaña debe ser considerada como una interpretación que deberá corroborarse con otros datos y pruebas que se puedan reunir.

Según investigaciones recientes de Dr Timaothy R. Levine, parecen mostrar que en el engaño, el contenido verbal en el contexto es mucho más importante que los comportanmientos no verbales. Todas las comunicaciones y sobre todo el engaño, tiene lugar en un contexto físico y social más amplio y la comunicación, sacado de contexto es a menudo engañosa. Dado que la investigación del engaño suelen ignorar el contexto, muchos hallazgos no se generalizan a la comunicación en entornos ajenos a la investigación.

Otro estudio de investigación realizado sobre cómo la gente realmente detecta las mentiras, se llegó a la conclusión de que los engaños se detectan mejor transcurrido un tiempo desde que sucedieron los hechos. Parque, Levine, McCornack, Morrison y Ferrara (2002)


TÉCNICAS Y HERRAMIENTAS UTILIZADAS PARA LA DETECCIÓN DEL ENGAÑO



Polígrafo o a través de una herramienta se trata de una técnica que consiste en registrar las variaciones de la presión arterial, el rítmo cardíaco, la frecuencia respiratoria y la respuesta galvánica o conductancia de la piel, entre respuestas “verdaderas” y aquellas en las que se “miente”. Resulta interesante el estudio de Clifton (1991) acerca de las contramedidas físicas, psicológicas o cognitivas y farmacológicas que pueden utilizarse para alterar el resultado del polígrafo.

GKT (Guilty Knowlwdge Test) o Test de Conocimiento Culpable/ o prueba de info oculta desarrollada y descrita en diversas publicaciones por Lykken (1959, 1960, 1988, 1991, 1998).

El GKT se basa en el reflejo de orientación estudiado por autores como (Paulov, 1927; Sokolov, 1963), que se produce para facilitar una respuesta adaptativa ante determinados estímulos (Sokolov, 1963). Este reflejo ocurre cuando alguien se enfrenta a un estímulo novedoso, conflictivo o personalmente significativo para el individuo (Lynn, 1966). Según autores como Vrij (Vrij, 2008), esta teoría se puede utilizar para detectar el engaño.

Los estímulos producen reacciones en la dilatación pupilar, un aumento de la actividad electrodermal (Nakayama, 2002), disminución de la tasa cardiaca (Verschuere, Crombez, de Clercq y Koster, 2005), en la respiración y en la amplificación de las ondas cerebrales P300 medidas a través de los EEG(Rosenfeld, 2002) y que podrían suponer indicios para detectar el engaño.

VSA (Voice Stress Analysis) o Analizador de Estrés de Voz

Al hablar, los músculos de la garganta y la laringe producen unas vibraciones. La detección del engaño sería posible observando las variaciones en los patrones de la voz. En situaciones de estrés el cuerpo se prepara para la lucha o huida, cambiando su actividad muscular para adaptarla en términos de respuesta inmediata a la nueva situación. Todos los músculos sufren cambios importantes, incluidos los de la garganta y la laringe afectando a las vibraciones de las cuerdas vocales y a su frecuencia. La activación que experimenta un individuo al mentir generaría una tensión que haría que dichas vibraciones desaparecieran.

Existen distintas herramientas para detectar las respuestas fisiológicas con el análisis de la voz, basados en los cambios de intensidad, la frecuencia, el tono, armónicos o microtemblores producidos en la voz: PSE (Psichological Stress Evaluator) o Evaluador del Estrés Psicológico. PSA (Psichological Stress Analysis) Analizador de Estrés Psicológico. SVA (Voice Stress Analysis) o Analizador de Estrés de Voz. CVSA Analizador de Tensión de Voz Computorizado. LVA (Layered Voice Análisis) Analizador de voz por capas.


Termografía facial

Se trata de una técnica que permite visualizar y cuantificar los cambios en la temperatura superficial de la pie a través de una imagen termográfica emitida desde la superficie de la piel.

Un estudio realizado demostró que ante situaciones en las que un sujeto realiza un esfuerzo mental (tareas difíciles, al ser evaluado, al mentir o engañar), se producen cambios térmicos faciales, principalmente alrededor de los ojos (Pavlidis, Eberhart y Levine, 2002).


La electroencefalografía (EEG)

La electroencefalografía utiliza la actividad coordinada de miles de neuronas que produce diferencias de potencial en el cuero cabelludo. La actividad se registra utilizando electrodos repartidos por la cabeza en conjunción con amplificadores de señal que permiten saber en qué zonas de nuestro cerebro se está produciendo mayor actividad.


fMRI: Resonancia Magnética Funcional

Se trataría de detectar la mentira a través de la medición de la actividad de determinadas estructuras y áreas del cerebro. Supuestamente mentir exigiría mayor esfuerzo cognitivo que decir la verdad y consumiría mayores recursos. El mayor esfuerzo conlleva mayor actividad en determinadas estructuras y áreas del cerebro con los consiguientes cambios en el flujo de sangre y consumo de oxígeno en esas zonas. Esos cambios se pueden medir a través de las imágenes del escaner de esonancia magnética (fMRI).

La FMRI emplea como base la llamada “técnica de sustracción cognitiva” que consiste en que si una persona dice la verdad, se activarán ciertas áreas de su cerebro; pero si miente, se activarán posiblemente las mismas áreas de su cerebro, además de otras para inhibir determinadas acciones que pudieran delatarlo, como por ejemplo mostrar una expresión de miedo.


Sistemas de seguimiento ocular

Existen diferentes tecnologías de medición, que a través de cámaras, rastrean entre otros factores el movimiento de los globos oculares, la dilatación pupilar (pupilometría) y el parpadeo. Son muy empleados para conocer los recorridos visuales de los sujetos y crear mapas de puntos calientes (donde la vista se detiene durante más tiempo).

Seguimiento del movimiento y reacciones de los ojos (teconología eye-tracking) está basada en el seguimiento del movimiento y reacciones de los ojos. Toma medidas de la reacción cognitiva del sujeto ante diversos estímulos, entre otros, la dilatación pupilar, el tiempo de respuesta, tiempo de lectura, tiempo de relectura y los errores.


Cuestionario de preguntas

Utilizadas para un interrogatorio y que establecen distintas pruebas: la Test o prueba de la pregunta relevante-irrelevante (RIT), basadas en las investigaciones de Marston (1917)- que conlleva dos tipos de preguntas, relevantes (relacionadas) e irrelevantes (no relacionadas) y la comparación de las respuestas fisiológicas a ambas, y la prueba de la pregunta de comparación o pregunta control (CQT) basadas en las investigaciones de Reid (1947) para intentar controlar las diferencias intrapersonales que a nivel emocional puedan tener las preguntas.


Técnica asistida por drogas. Se trata de una técnica fundamentada por diversas investigaciones (Garchel,Smith y Kaplan, 1983) que consiste en administrar “propanolol” al entrevistado para aumentar la precisión para identificar a sujetos inocentes y sin aumentar los falsos negativos, sin provocar que inocentes fuesen considerados culpables (en Raskin, 1994).


CBCA (Análisis de Contenido basado en Criterios)

Es una técnica de análisis que pretende determinar si la calidad y contenidos específicos de una declaración son indicativos de una narración generada a partir de registros de memoria o si son producto de la invención, la fantasía o la influencia de otra persona.

BIBLIOGRAFÍA

  • DePaulo, B. M., Kirkendol, S. E., Epstein, J. A., & Wyer, M. M. (1996). Lying in Everyday Life. Journal of Personality and Social Psychology, 70(5), 979-995.
  • Feldman, R. S. (2010). Cuando mentimos. Barcelona: Urano.
  • Feldman, R., James, F. A., & Happ, B. R. (2002). Self-presentation and verbal deception: Do self-presenters lie more? 2(24), 163-170.
  • Aamodt, G. M., & Custer, H. (2006). Who can best catch a liar? A meta-analysis of individual differences in detecting deception. The forensic examiner.
  • Ruíz-Vargas, J. M. (1991). Psicología de la memoria. España: Alianza Editorial.
  • Vrij, A. (2008). Detecting lies and deceit (2 ed.). New York: Wiley.
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