Ilusión de Transparencia
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Concepto
La ilusión de transparencia es un término que se utiliza desde la psicología cognitiva [1] para definir la predisposición que, en ocasiones, tenemos las personas a sobrestimar la capacidad de otros para captar nuestros pensamientos, sentimientos, emociones y estados internos.
Se trata de un sesgo cognitivo [2], es decir, un efecto psicológico que produce una desviación en el procesamiento de lo percibido, lo que lleva a una distorsión de la realidad que se da sobre la base de la interpretación de la información disponible, aunque los datos no sean lógicos o no estén relacionados entre sí.
La existencia de sesgos cognitivos surge como necesidad evolutiva para la emisión inmediata de juicios que utiliza nuestro cerebro para asumir una posición rápida ante ciertos estímulos, problemas o situaciones, que debido a la incapacidad de procesar toda la información disponible se filtra de forma selectiva o subjetiva.
La ilusión de transparencia es un fenómeno psicológico principalmente involuntario e inconsciente que sesga la percepción y el procesamiento de la información, y nos condiciona al intentar analizar la realidad.
Esta tendencia o predisposición está relacionada, desde la psicología social [3], con fobias [4], ansiedad [5], estrés, miedo a hablar en público, etc. y en general con todo tipo de situaciones en las que las personas perciben que son evaluadas por otros, sobrestimando la capacidad de percepción de éstos para detectar sus estados internos, debilidades, miedos, nervios, emociones, etc.
Cuando una persona focaliza la atención sobre sí mismo como objeto social expuesto a la percepción, evaluación y juicio de otras personas entra en juego la ilusión de transparencia, como un “efecto proyector” [6] (Brown y Stopa, 2007), que desencadena el temor y/o la ansiedad a ser negativamente evaluados y a exponer exageradamente sus pensamientos y estados internos. Por ejemplo en una presentación en público, al interactuar con otras personas, en una entrevista de trabajo, en una cita amorosa, en un interrogatorio, o en cualquier otra situación que la persona interprete que está siendo el foco de la atención. Esto puede dar como resultado la aparición, no sólo, de consecuencias a nivel psicológico y emocional (inseguridad, vergüenza, miedo, ansiedad, estrés, etc.), sino también puede desembocar en la aparición de síntomas físicos como el incremento del ritmo cardiaco, temblores, sudoración, enrojecimiento, etc.
Investigación
Son numerosas las investigaciones y estudios llevados a cabo sobre el fenómeno de la ilusión de transparencia, determinando la influencia de ésta en el comportamiento social de los individuos y sus consecuencias a nivel conductual y emocional.
En 1991, Griffin, D. W. y Ross, L., realizaron un experimento que marcaba la diferencia entre los propios estados internos y lo que otras personas eran capaces de discernir. Se pidió a los participantes que trataran de reproducir una canción conocida dando golpecitos con los dedos sobre una mesa, y a partir de esto realizar una estimación de en qué medida las personas que escuchaban podrían identificar la melodía.
Tal como predecían los autores de este experimento, las personas que trataban de interpretar las canciones tenían una experiencia interna de una gran riqueza sensorial, mientras daban golpecitos en la mesa podían escuchar en su mente la melodía, sentir el ritmo e incluso escuchar la letra de la canción. Esto les llevó a pensar que los que escuchaban los golpecitos debían tener una experiencia similar, es decir, que para ellos era obvia la canción que estaba sonando.
Sobrestimaron las habilidades de los que escuchaban para captar lo que ellos trataron de comunicar, y difícilmente adoptaban la perspectiva del que escuchaba, para darse cuenta que éste apenas podría distinguir una nota musical en unos simples golpes en una mesa. De manera que, este fenómeno no sólo aplica para las canciones, aplica también para los estados internos de las personas en general, como pueden ser los nervios, el desagrado, el enfado, el desacuerdo y muchos otros. Pensamos que otras personas pueden leer estos estados con apenas observarnos, llevándonos a conclusiones erróneas y a distorsiones de la realidad.
En 1998, Thomas Gilovich, Victoria Husted Medvec y Kenneth Savitsky publicaron su investigación "The Illusion of Transparency: Biased assessments of other´s ability t oread one´s emotional states" [7]
(La Ilusión de Transparencia: Evaluaciones sesgadas sobre la habilidad de otros para leer los propios estados emocionales) en la que realizaron tres experimentos:
1º Experimento: demuestran que la mayor parte los participantes que han recibido instrucciones para contar una mentira sobrestimaron la detectabilidad de sus mentiras por parte de las personas que les observaban, y pensaban que sus mentiras eran más obvias y perceptibles de lo que realmente eran.
2º Experimento: se les pidió a los participantes que tomaran una bebida con mal sabor y que disimularan su desagrado manteniendo una expresión facial neutra en todo momento. De nuevo, éstos exageraron el grado en el que los observadores podían notar el asco que estaban sintiendo por dentro.
3º Experimento: los participantes son colocados en una situación de emergencia (simulada) y se les pide que oculten o disimulen la preocupación real que sienten en la situación a la que son expuestos. Posteriormente se les pide que autoevalúen su nivel real de preocupación y el nivel de preocupación que creen estar mostrando al resto de participantes. Los resultados que obtienen revelan, nuevamente, que el grado de preocupación en el que los participantes creían ser percibidos por los demás era mayor del que realmente llegaba a ser detectado por el resto de personas.
Aplicaciones
En 2003, Kenneth Savitscky y Thomas Gilovich hacen pública su investigación "The illusion of transparency and the alleviation of speech anxiety" [8] (La ilusión de transparencia y el alivio de la ansiedad en el discurso), llevando más allá sus estudios sobre las aplicaciones de este concepto, específicamente en las situaciones de hablar en público, que tanta ansiedad generan en muchas personas.
La ansiedad que genera el hecho de tener que realizar una presentación, una exposición o un discurso ante una audiencia puede tener su origen no sólo en la propia ansiedad que experimenta el individuo, sino también la ansiedad adicional que le genera la sensación de ser percibido en un estado de nervios o miedo escénico por su audiencia. Por el contrario, los investigadores comprueban que estos observadores no llegan a percibir realmente el estado interno verdadero de esa persona, ya que como los estudios demuestran, las personas que observan a alguien hablando en público realizan evaluaciones más positivas que la propia autoevaluación que realiza protagonista del discurso sobre sí mismo.
Esto se convierte en una especie de círculo vicioso en el que la ansiedad genera más ansiedad, anclando a la persona en estados que le limitan a nivel social, educativo, laboral, etc. ya que el orador alimenta su ansiedad a partir de la creencia de que otros se dan cuenta de sus miedos, inseguridades y otros estados emocionales.
Lo más relevante de esta investigación no es sólo constatar la existencia de este sesgo cognitivo y de sus implicaciones para las personas que están bajo su influencia, va más allá, cuando demuestran como una serie de personas que, previo a su presentación en público, son informadas sobre el concepto de ilusión de transparencia y sus efectos. También se les explicó que sus nervios o el miedo escénico al hablar en público no eran tan evidentes como pensaban, y que los estados internos de las personas no son percibidos por los demás tan fácilmente.
Los resultados fueron reveladores, las personas que eran informadas previamente, no sólo eran capaces de reducir la espiral de ansiedad, nervios o miedo, sino que además lograban mejorar de forma notable su presentación y su discurso. En otras palabras, “la verdad les hizo sentirse más libres”, libres de las limitaciones a las que se veían sometidos bajo la influencia de la ilusión de transparencia.
Por lo tanto, se llega a la conclusión de que introduciendo esta nueva técnica – informar a las personas sobre la ilusión de transparencia – en los tratamientos clínicos de la ansiedad social o el miedo escénico, puede resultar de gran utilidad, reforzando la teoría de que transformar o alterar las creencias de las personas modifica también nuestras conductas haciéndolas más libres de limitaciones.
Referencias
Brown, M. A. y Stopa, L. (2007). The spotlight effect and th illusion of transparency in social anxiety. Journal of Anxiety Disorders 21, 804-819. [9]
Gilovich, T., Medvec, V.H. y Savitskya, K. (1998). The Illusion of Transparency: Biased Assessments of Others’ Ability to Read One’s Emotional States. Journal of Personality and Social Psychology. Vol. 75, nº 2, 332–346. [10]
Gloth, C. (2011). The Illusion of Transparency and Public Speaking: A Study of Social Anxiety. Theses, dissertations and other capstone projects. Paper 27. [11]
Griffin, D. W. y Ross, L. (1991). Subjective construal, social inference and human misunderstanding. In M. P. Zanna (Ed.), Advances in experimental social psychology (Vol. 24, pp. 319-359). San Diego, CA. Academic Press.
Savitskya, K. y Gilovich, T. (2003). The illusion of transparency and the alleviation of speech anxiety. Journal of Experimental Social Psychology, 39, 618–625. [12]