Indicadores verbales de la mentira
Durante las últimas décadas, el campo de la detección de mentiras ha experimentado un auge notable, tanto en el ámbito académico, con miles de publicaciones al respecto, como en sus aplicaciones prácticas, con la invención y utilización de numerosos aparatos de detección de mentiras, como los polígrafos, los detectores de stress vocal, los medidores pupilares o incluso los basados en la medición de ondas cerebrales como la técnica de la huella dactilar cerebral específica referida al potencial P300.
También ha sido remarcable el interés que este tema ha despertado en la sociedad, con series de éxito con Lie to Me o películas como "Mentiroso Compulsivo".
En contra de las creencias populares y de gran parte de la literatura tanto popular como académica (''¿Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo?, Jaume Masip 2005), se ha comprobado que, de los diversos métodos empleados para detectar la mentira, todos los estudios basados en el meta–análisis (Zuckerman et al., 1981; Kalbfleisch, 1985; Bond y Bella DePaulo, 2006) confirman que el canal más fiable para detectarla es el verbal.
Por verbal entendemos el contenido de la comunicación expresado mediante palabras escritas o habladas. Respecto a la comunicación hablada cabe realizar una distinción entre el contenido y el paralenguaje (o prosodia). El contenido es "lo que se dice" y el paralenguaje es el "como se dice" (entonación, pausas, timbre, volumen y otros moduladores del discurso hablado).
Como puede observarse en la gráfica superior, los 6 indicadores verbales de verdad y 2 de los 6 de mentira tienen que ver con el contenido, por lo que el análisis de contenidos se revela como una herramienta esencial en la detección de la mentira.
La capacidad de interpretar claves verbales de la mentira en el ser humano se reduce cuando la cara y el cuerpo del emisor están visibles para el analista. Según la hipótesis de la distracción (Maier y Thurber, 1968) esto es debido a que las claves visible son más vívidas que las verbales y nos distraen, disminuyendo nuestra capacidad de procesar información verbal. También ofrecen posibles explicaciones al respecto la hipótesis de la sobrecarga informacional (Miller et al., 1981 y Stiff et al., 1989) y la hipótesis de la familiaridad situacional (Stiff et al., 1989 y Reinhard et al., 2011).
Indicadores de mentira basados en contenido
Afirmaciones negativas y quejas
El individuo introduce numerosas afirmaciones negativas y quejas sobre el proceso de interrogación.
Falta de seguridad verbal
El individuo parece tener dificultad en responder a la pregunta.
Falta de inmediaticidad verbal
El individuo es indirecto, distante, evasivo, irrelevante, poco claro o impersonal. Hay pocas autorreferencias.
Falta de plausibilidad
La narración parece poco plausible o verosímil.
Falta de implicación verbal
El individuo no describe experiencias o acontecimientos de forma personal y parece poco expresivo e implicado con la narración.
Falta de detalles (*)
Las narraciones verdaderas suelen contener detalles inesperados o sorprendentes
Falta de estructura lógica (*)
Los diversos detalles describen idéntico curso de sucesos, la declaración en su conjunto es coherente y lógica
Falta de engranaje contextual (*)
El acontecimiento no parece inscrito en un contexto espaciotemporal rico y complejo (Garrido y Masip, 2001)
(*) Incluidos en el análisis de contenidos basado en criterios (CBCA)
Indicadores de mentira basados en paralenguaje
Discrepancias y ambivalencia
Se trata de discrepancia entre diferentes canales de expresión. Por ejemplo la voz indica llanto por paralenguaje pero no se observan lágrimas. El individuo parece ambivalente.
Falta de seguridad vocal
El individuo muestra incertidumbre, inseguridad, poco dominio, asertividad o énfasis. Mayor latencia de respuesta, es decir, transcurre mas tiempo entre el final de la pregunta y el inicio de la respuesta. Sin embargo esto es así solo en el caso de que las preguntas no hayan sido dadas a conocer previamente. En ese caso se produce el fenómeno inverso: las respuestas mentirosas presentan menor latencia de respuesta.
Tensión vocal
La voz suena tensa, no relajada o con estrés vocal. Esto ultimo punto puede medirse con mucha precisión mediante los analizadores de estrés vocal.
Frecuencia o tono de voz
Aumento de frecuencia o tono de voz. La voz suena más aguda.