Ocultación

De Mentira Pedia
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Ocultación es la acción y efecto de ocultar u ocultarse. Ocultar. 1 tr. Impedir que alguien o algo se vea, se sepa o se note: "ocultar un sentimiento". 2. Callar lo que se sabe o disfrazar la verdad: "ocultar las pruebas de un delito".


Tipos de mentira

Existen dos tipos básicos de mentiras: 1) La ocultación, escondimiento o callar un hecho u opinión y 2) La falsificación o creación de una historia. Los mentirosos saben cuándo pueden usar la mentira de ocultación o la de falsificación. La primera de ellas, ofrece siempre más vías de escape y la falsificación exige de un mayor esfuerzo mental.

Mentiras por ocultación.


Las mentiras de ocultación tienen como finalidad principal retener la información intencionadamente. La omisión de elementos en la comunicación lleva a una falsa interpretación por parte del destinatario o receptor. Según la psicología de la mentira, el mentiroso engaña suprimiendo la verdad a través de silencios, descripciones vagas o muy generales, evasión de preguntas, emoción fingida, ira o indignación. También es considerada como ocultación revelar la verdad a medias sin exponer elementos clave de la información que, siendo verdadera, esquiva el asunto, desvía la atención o provoca una interpretación errónea de los hechos. Otra forma de ocultación es admitir la verdad de forma exagerada o errónea: "Sí, voy robando a la gente por la calle".

Ocultar la realidad.


Si lo que pretendemos es ocultar la realidad, estamos tratando fundamentalmente de no comunicar lo que sabemos.

Por lo general, la persona que no quiere que los demás sepan la verdad utilizará el método de “ocultar la verdad”. Esta forma de mentir algunas personas no la consideran tan moralmente incorrecta como el falseamiento, ya que no se distorsiona la verdad ni se comunica datos falsos, y lo argumentan diciendo: “si solo comunico cosas que son ciertas y no digo nada falso, no estoy haciendo nada malo“.

Ocultación o falsificación.


Cuando un mentiroso está en condiciones de escoger el modo de mentir, por lo general preferirá ocultar y no falsear. Esto tiene muchas ventajas. En primer lugar, suele ser más fácil: no hay nada que fraguar ni posibilidades de ser atrapado antes de haber terminado con el asunto. También es posible que se prefiera el ocultamiento al falseamiento porque parece menos censurable. Es pasivo, no activo. Los mentirosos suelen sentirse menos culpables cuando ocultan que cuando falsean, aunque en ambos casos sus víctimas resulten igualmente perjudicadas. El mentiroso puede tranquilizarse a sí mismo con la idea de que la víctima conoce la verdad, pero no quiere afrontarla.

Por otra parte, las mentiras por ocultamiento son mucho más fáciles de disimular una vez descubiertas. El mentiroso no se expone tanto y tiene muchas excusas a su alcance: su ignorancia del asunto, o su intención de revelarlo más adelante, o la memoria que le está fallando, etc. El testigo que declara bajo juramento que lo que dice fue tal como lo dice “hasta donde puede recordarlo”, deja abierta la puerta para escapar por si más tarde tiene que enfrentarse con algo que ha ocultado.

El mentiroso que alega no recordar lo que de hecho recuerda pero retiene deliberadamente, está a mitad de camino entre el ocultamiento y el falseamiento. Esto suele suceder cuando ya no basta no decir nada: alguien hace una pregunta, se lo reta a hablar. Su falseamiento consiste en no recordar, con lo cual evita tener que recordar una historia falsa; lo único que precisa recordar es su afirmación falsa de que la memoria le falla. Y si más tarde sale a luz la verdad, siempre podrá decir que él no mintió, que sólo fue un problema de memoria. Un fallo de la memoria sólo resulta creíble en limitadas circunstancias. Si al médico se le pregunta si los análisis dieron resultado negativo, no puede contestar que no lo recuerda, ni tampoco el detective puede decir que no recuerda si se coloca ron los micrófonos en la habitación del sospechoso. Un olvido así sólo puede aducirse para cuestiones sin importancia o para algo que sucedió tiempo atrás. Ni siquiera el paso del tiempo es excusa suficiente para no recordar hechos extraordinarios que supuestamente todo el mundo recordará siempre, sea cual fuere el tiempo que transcurrió desde que sucedieron.


Referencias

• Martínez Selva, J.M. (2005) Psicología de la mentira. Paidos Ibérica.

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