Paralingüística de la mentira
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Definición
Tal y como afirma Joanette (2008): “Todo enunciado verbal posee una figura tonal que le es propia. La prosodia es el componente del lenguaje que se refiere al procesamiento cognitivo necesario para comprender o expresar un mensaje. […] Implica aspectos del habla como variaciones de la entonación, pausas y modulaciones de la intensidad vocal.” (López Pérez) Dentro de esta, se engloba la Prosodia Emocional o paralenguaje (Para – lenguaje: más allá de las palabras), uno de los cuatro tipos de prosodia consistente en introducir contenidos emocionales en el mensaje (aspectos no semánticos) que son interpretados por el oyente, fijándose como vehículo de la expresión de las emociones y contribuyendo por tanto a las funciones adaptativas, social y emotiva de éstas. (García Fernández-Abascal, Jiménez Sáncehz, & Martín Díaz, 2003)
Un mensaje que se verá influenciado por aspectos vinculados a nuestra personalidad – a demás de las características propias de nuestro aparato fonador-, por nuestra intencionalidad –permitiéndonos adecuar el mensaje al objetivo buscado-, y por las emociones que estemos sintiendo en ese instante –tal y como hemos destacado anteriormente.
Aunque parezca contradictorio, según Rogelio Young (2012), “La mayoría de la gente presta mayor atención a las fuentes menos fidedignas (las palabras y las expresiones faciales) […] Las palabras pueden ensayarse una y otra vez antes de decirlas. Además, el hablante tiene con respecto a ellas una retroalimentación permanente, pues oye lo que él mismo dice y puede por ende ir afirmando su mensaje” otorgando así al tono de voz (elemento del paralenguaje) y el resto del cuerpo, una mayor importancia pues son elementos a los que el mentiroso no presta tanta importancia.
Componentes del paralenguaje
Según Knapp (1986), los componentes del paralenguaje serían los siguientes (Blanco, 2007):
1. Cualidades de la voz: registro de la voz, control de la altura, el control del ritmo, el tempo, el control de la articulación, la resonancia, el control de la glotis y el control labial de la voz.
2. Vocalizaciones: que a su vez se dividen en:
2.1. Características vocales: la risa, el llanto, el suspiro, el bostezo, el estornudo, el ronquido, etc. 2.2. Calificadores vocales: intensidad de la voz (de fuerte a suave), la altura (de grave a aguda), y la extensión (de arrastrar palabras a hablar cortado). 2.3. Segregaciones vocales: “hum”, “m-hmm”, “uh”
Elementos del paralenguaje para una comunicación adecuada
1. El tono: depende de la tensión que le demos a las cuerdas vocales. Los cambios de tono son los que reflejan las variaciones melódicas de la voz, la entonación, influyendo en la inflexión de la voz y en la forma de decir algo, según la intención (sarcasmo), actitud o estado de ánimo de quien lo dice.
El tono cursa en paralelo con las emociones, por ello una excesiva emocionalidad ahogará la voz, provocando un tono más agudo, y su ausencia, lo contrario.
2. El timbre: es el registro o altura musical de la voz que nos permite diferenciar a alguien en seguida. Es el resultado de la confrontación de los armónicos en un sonido, la cual depende del volumen y abertura de las cavidades de resonancia donde se produce.
3. Intensidad: Cuanto mayor es la energía articulatoria que empleamos en la emisión de un sonido, mayor será la amplitud, y por ende, la intensidad. Suele tener un efecto comunicativo y persuasivo. Según la intensidad o volumen del sonido, se puede mostrar tanto confianza, entusiasmo, como agresividad o malos modales.
4. Duración: Es el tiempo que empleamos en la emisión de un sonido.
5. Ritmo: Refleja las partes de la oración en las que hacemos hincapié y en las que no. La frase “ya son las nueve de la noche” cambia el significado en virtud de en qué palabra colocamos la inflexión del ritmo: “Ya son las nueve de la noche” vs. “Ya son las nueve, de la noche”.
6. Tempo o velocidad: se refiere a la velocidad relativa en la emisión sucesiva de las palabras, frases, etc., incluyendo las pausas, lo que se reconoce en seguida como parte del estilo personal básico de una persona. Nos sirve para reflejar sentimientos: si es acelerado, puede ser indicativo de animación, nerviosismo, impaciencia, enojo. Si es lento, puede reflejar dominación, superioridad, autocontrol.
Investigación paralingüística de la mentira
La investigación de Bella de Paulo es el principal estudio sobre señales de la mentira en términos generales. Un meta análisis (1) que intenta responder a la pregunta: “¿Las personas se comportan igual cuando están mintiendo que cuando están diciendo la verdad?” para el cual se aglutinaron 158 señales de mentira, con 120 participantes de diferentes universidades y 1338 estimaciones que unían señal con mentira. De la investigación de De Paulo, et.al (2003) vamos a destacar aquellas señales de mentira que están relacionadas con el paralenguaje y que presentamos a continuación:
De este modo, ante una situación de mentira, la investigación de De Paulo (2003), mostró que sí había una relación estadísticamente significativa en los ítems tensión vocal y elevación del tono de voz, aunque como podemos observar, el tamaño del efecto es menor (0.26 y 0.21 respectivamente), y por tanto, a pesar que la relación entre mentir y tensión vocal o elevar tono de voz es significativa, no en todos los casos se cumpliría esta premisa.
Y es que como hemos explicado, el signo vocal de la emoción que está más documentado es el tono de voz, el cual, según el psicólogo Rogelio Young (2012), “En el 70% de los sujetos estudiados, el tono se eleva cuando están bajo el influjo de una perturbación emocional. Probablemente esto sea más válido cuando dicha perturbación es un sentimiento de ir o temor, ya que algunos datos, aunque no definitivos, muestran que el tono baja con la tristeza o el pesar.”
En la misma dirección apuntan (Petisco Rodríguez & López Pérez, 2014) al afirmar que el volumen de la voz aumenta cuando un individuo siente miedo, excitación o rabia, poniendo como ejemplo el caso Bretón, donde el acusado da claras muestras de excitación y rabia a través de su voz. Dicho resultado (ausencia de correlación) no parece depender del grado de motivación (alta o baja), pues no se observaron diferencias estadísticamente significativas en este criterio.
Igualmente, no se encontraron diferencias significativas entre mentirosos y no mentirosos respecto al ítem: fluidez verbal (uso de muletillas, pausas (silencio + relleno), pausas de silencio o pausas de relleno), aunque estas sí se consideran indicios vocales comunes en un engaño, aunque siempre teniendo en cuenta que se tratará de indicios que deberían incitarnos a seguir investigando en esa dirección. Así pues, “la vacilación al empezar a hablar, en particular cuando se debe responder a una pregunta puede suscitar sospechas, así como otras pausas menores durante el discurso si son frecuentes [o] la aparición de interjecciones (¡Ah!, ¡Oohhh!, ¡esteee!)”. – (Young, 2012)
Esta ausencia de correlación podría explicarse por el hecho que a una persona que está diciendo la verdad pero le preocupa no ser creída, o nos está diciendo la verdad sobre el hecho que se le pregunta pero pueda tener otros motivos por los cuales le resulta incómodo o temeroso de ser preguntado, podría mostrar los mismo indicios de engaño que una persona mentirosa.
En lo referente a la repetición de frases o palabras (Yo, yo, yo quiero…) o palabras parciales (En rea-realidad me gusta), estos indicios sí obtuvieron correlación positiva –aunque baja: 0.21- en la investigación de Bella de Paulo- y es que como apuntan (Petisco Rodríguez & López Pérez, 2014) el estés y la ansiedad pueden hacer que en un momento dado no pensemos con claridad y aparezcan estas repeticiones.
En este sentido, el análisis de comportamiento no verbal de Martín Ovejero (2) sobre el saludo entre Obama y Raúl Castro y el caso Romanones realizado para el programa Espejo Público, nos ofrece varios ejemplos del uso de la repetición de preguntas:
A Román le hacen una pregunta, y repite la pregunta para ganar tiempo e idear la respuesta […] es un indicador típico de mentira, pues cuando te hacen una pregunta, necesitas cierto tiempo para responder. ¿Cómo gano tiempo?: Repitiendo la pregunta, guardando silencio… [11.32]
O en el caso Bretón, el padre decía "¿Cómo me puede usted decir?” [11.40], que tal y como explica Martín Ovejero en su análisis, es otra forma de ganar tiempo.
Y finalmente las declaraciones de la presentadora del programa al afirmar que, "En el caso de Jordi Pujol, me acuerdo que decía todo el rato: "¡No le oigo!, ¡no le oigo! ¡No!. Es que hoy el sonotone y tal, no lo llevo bien y tal. Me obligó a hacerle la pregunta tres veces, que yo decía: ¡por Dios!... ¡Claro! y él iba ahí preparando la respuesta" [12.10]
Por lo que respecta a las pausas Vrij (2000) comparó las creencias que las personas tienen acerca de las señales de engaño con el comportamiento real de los mentirosos y el habla. Según sus investigaciones, tan sólo el tono de voz más agudo, la latencia y duración de las pausas, tendrían relación con el engaño.
En esta línea, “Anolli y Ciceri (1997), en un estudio sobre estrategias vocales de mentirosos ingenuos y expertos, encontraron que el engaño provocó en los sujetos un incremento en la frecuencia, un mayor número de pausas y palabras y unos índices de locuacidad y fluidez superiores” (Petisco Rodríguez & López Pérez, 2014).
Y es que el silencio (ausencia de sonido) es relevante en el proceso comunicativo y influye en el significado del mensaje. (Antúnez Pérez, 2006)
La latencia de respuesta representa el tiempo que tardamos en responder una pregunta y se basa en el principio según el cual debemos realizar un mayor esfuerzo mental para controlar lo que decimos, se desprende que el tiempo que tardamos en comenzar a hablar, cuando nos platean una pregunta comprometedora, también será mayor que ante una respuesta neutra.
Este hecho corroborado por (Walters, 2003) podría ser considerado un indicio de engaño, ya que lo que se pretende es ganar tiempo para preparar una respuesta coherente con la línea a seguir y no entrar en contradicciones con lo dicho anteriormente. Aún y ser considerada un indicio de engaño (Vrij, 2000), habría que tener en cuenta la latencia de respuesta ante una pregunta neutra para poder observar un cambio significativo comparado con el patrón base, pues dicha latencia se vería reducida en el caso que el mentiroso conociera de antemano la pregunta y hubiera podido preparar la respuesta.
Tomamos como ejemplo el reciente caso Ramanones donde un cura es acusado de pederastia y en el informe policía queda patente que su latencia de respuesta es superior –comparándola con su línea o tiempo de respuesta base- ante determinadas preguntas comprometidas: “su cerebro está trabajando en la mentira” (3) tal y como explica el abogado y experto en comportamiento no verbal Martín Ovejero.
Frases sin finalizar y omisión de palabras: Como explican (Petisco Rodríguez & López Pérez, 2014), “en el caso del mentiroso, la verdad tiende a salir y este debe inhibirla substituyéndola por otra, pero en ocasiones este mecanismo no evita que verbalmente la verdad se abra paso pronunciando una parte de la palabra e incluso una o varias palabras completas. El mentiroso al darse cuenta rectificará y sustituirá el final de la palabra y/o frase.”.
Dicha omisión, es congruente con las conclusiones a las que llegaron De Paulo (2003) y sus colaboradores al afirmar que los mentirosos responden de manera menos directa y clara y hacen uso de más evasivas y respuestas impersonales que los que dicen la verdad.
La velocidad en el habla es uno de los elementos del paralenguaje que nos permitirían conseguir una comunicación paralingüística adecuada. Un ritmo característico de cada persona, y aunque hay investigaciones (Cyr, 2005) que asocian la disminución del ritmo de voz a estados de cansancio, confusión, tristeza y desinterés –incluso en algunos casos, cuando se alguien ralentiza de repente su discurso-, los resultados de las investigaciones son contradictorios por lo que no podemos considerar tajantemente la velocidad al hablar como un indicativo de mentira.
El balbuceo consiste en hablar o leer con una pronunciación vacilante o entrecortada. Cuando tenemos dudas de lo que vamos a decir y comenzamos a hablar, antes de haber decidido qué decir, podría producirse este fenómeno el cual “puede aparecer en personas que mienten, cuando se les va a escapar algo que puede perjudicarles” (Petisco Rodríguez & López Pérez, 2014). Las investigaciones de De Paulo y colaboradores (2003) corroboran dicha afirmación concluyendo que el mentiroso se muestra más inseguro y vacilante en su voz y en sus palabras que el que dice la verdad.
Herramientas y técnicas
La base teórica de los analizadores de voz se basa en el mismo principio que el polígrafo. Es decir, la medición de los cambios en la actividad de la voz: intensidad, frecuencia, tono, armónicos o microtemblores basando en un esquema de preguntas con respuesta si/no.
En palabras del Dr. Héctor González Ordi, en situaciones de estrés el cuerpo se prepara para la lucha o huida, cambiando su actividad muscular para adaptarla en términos de respuesta inmediata a la nueva situación. Todos los músculos sufren cambios importantes, incluidos los de la garganta y la laringe, afectando a las vibraciones de las cuerdas vocales (y por tanto, a la frecuencia). [Y es que] en condiciones normales, al hablar, los músculos de la garganta y la laringe producen unos micro temblores que podrían ser detectados. La activación que experimenta el individuo al mentir generaría tensión, y esta haría que los microtemblores desaparecieran. (M.9 – T1. Evaluación psicofisiológica y neurológica de la mentira).
LVA 6.50
El LVA 6.50 LVA (layered Voice Análisis) Analizador de voz por capas (4) es una herramienta específicamente diseñada para la investigación de la voz por capas, que realiza un análisis de 129 patrones de la voz, permitiendo verificar engaño, honestidad y estados emocionales como estrés, excitación, confusión, conflicto, etc., permitiendo dos modos de operación: en línea (al instante), fuera de línea (análisis de grabaciones).
Referencias bibliográficas
- Antúnez Pérez, I. (2006). Aproximación al paralenguaje. Análisis de casos en Harry Poter and the philosopher stone. Revista electrónica de estudios filológicos (11).
- Blanco, L. (2007). Aproximación al paralenguaje. Hesperia. Anuario de filología hispánica , 84-97.
- Cyr, M.-F. (2005). ¿Verdad o mentira? Los cuatros códigos para detectar el engaño. Barcelona: Paidós.
- De Paulo, B., Malone, B., Lindsay, J., Muhlenbruck, L., Charlton, K., & Cooper, H. (2003). Cues to deception. Psychological Bulletin (129), 74-116.
- García Fernández-Abascal, E., Jiménez Sáncehz, M. P., & Martín Díaz, M. D. (2003). Emoción y motivación: La adaptación humana. Madrid: Centro de Estudios Ramón Areces.
- López Pérez, R. (s.f.). Prosodia emocional.
- Petisco Rodríguez, J. M., & López Pérez, R. (2014). A veces la voz dice más que las palabras. Revista de seguridad pública (49), 121-140.
- Vrij, A. (2000). Detectin Lies and Deceit: The Psychology of Lying and Implications for Professional Practice. Chichester, United Kingdom: John Wiley & Sons.
- Walters, S. B. (2003). Principles of kinesic interview and interrogation. Boca Raton, Florida: CPC Press.
- Young, R. (03 de Febrero de 2012). Recuperado el 31 de Mayo de 2015, de [1]
Notas
(1) Unión de diversas investigaciones en una.
(2) Recuperado de [2] el 02/06/2015
(3) Recuperado de el 02/06/2015 [Minuto 9.10]
(4) Recuperado de [3] el 31/05/2015.