Pseudólogo

De Mentira Pedia
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Definición

El pseudólogo viene en su origen semántico, de la mitología griega (en griego Ψενδολογος), y eran representaciones de mentiras y falsedades o falsas personificaciones, roles o identidades sociales realizadas por una persona.

Esta clase de personas se definen como actores que representan un personaje de la vida real (Alder, 2006; Goffman, 2006; Carson, 2006), con una vida totalmente inventada, pero que ha sido bien trabajo para que resulte creíble. En ciertas ocasiones estas personas terminan metiéndose tanto en el papel de actor que olvida por completo quienes son realmente.


En términos psicoanalíticos, el pseudólogo es una suplantación del yo, con lo cual es un pseudoyo inexistente y que termina desequilibrando a la persona, ya que todo refuerzo positivo que reciba ya sean halagos, reverencias y valoraciones positivas no serán hacia la realidad de su yo con lo cual puede a la larga convertirse en una frustración, que al ser identificada por el propio mentiroso, podría convertirse en un displacer muy peligroso, es decir, que el propio placer de estos refuerzos positivos se conviertan en refuerzos negativos, y que por tanto, la persona termine por confundir lo que esté bien de lo que esté mal y entre en una espiral de mentiras de la cual sea incapaz de salir, convirtiéndose en patologías como la mitomanía, el trastorno de personalidad múltiple o Trastorno de identidad disociativo e incluso la principios de esquizofrenia, debido a las alucinaciones que pueden llegar a confundir en su cabeza por voces persecutorias que pretenden guiar sus actos descontrolados al mentir (Pérez Álvarez, 2003).


Herramientas del pseudólogo: la autoestima, el ego y la difamación

The Joker

Las personas tienden a regular su ego a partir de la adaptación a su ambiente, fruto de la falta de confianza y la inseguridad, muestran ciertas capacitaciones, historias de vida y habilidades que probablemente no se posean o no se hayan vivido, por el simple hecho de llamar la atención, sobresalir o causar una impresión más que favorable al resto (Lemos, 2005). Por ejemplo, cuando una persona pretende sobresalir en un grupo de hombre y quiere demostrar tener mayor virilidad y tacto con el sexo opuesto, inventará saber una serie de habilidades que le posibilitan relacionarse abiertamente con mujeres, o un asesino en serie, presumirá de conocer multitud de formas de asesinar, con tal de sorprender a sus compañeros de celda y generar sobre él la ideación de una figura líder o sobrevalorada por encima del resto de delincuentes. Pero el acto de mentir no sólo sirve para regular o potenciar el ego sino también para destruir y humillar el ego de los demás. “Hay personas cuyo único incentivo en la vida no es la riqueza y lo material sino ver arder el mundo” (Nolan, 2008). Esto es lo que dice Alfred Pennyworth a cerca del Joker en el filme.

Pues bien, hay personas que no es su ego lo que importa sino destruir el de los demás y para ello están los rumores o la difamación, una forma muy común de trastocar por completo la idea que se puede tener sobre una persona, mintiendo sobre sus actos, sobre sus virtudes e ideas, con el único objetivo de destruir su imagen social.

La difamación guarda una gran relación con la autoestima según estudios realizados por Adler (2006), ya que personas con índices de autoestima bajos necesitan llamar la atención de las personas, sentirse importantes y para ello mienten, versionan su vida y la de los demás para estar por encima de ellos. Para estas personas resulta un recurso ambicioso pero de imperiosa necesidad para ganarse la simpatía y sentirse integrado en su ambiente social.

Las personas que hacen uso de la difamación, también presentas claros índices de falta de adaptación, distanciamiento emocional, aislamiento y en algunos casos, identidades depresivas (Goffman, 2006), lo que acaba convirtiendo la vida de estas personas en un escenario de teatro donde sus rivales más fuertes son las personas que aparentemente posean todo lo contrario: adaptación y liderazgo, conexión emocional con sus allegados, simpatía, etc. Y este es el escenario que convierte la vida del mentiroso de las difamaciones en un sinfín de atajos para conseguir atraer la atención de los demás y así ser admirado por todos y por encima de los que realmente merecen serlo.


Tratamiento

Los pseudólogos sólo tienen una cura y es la de la aceptación y la valoración de sus virtudes a través de la autoconciencia de uno mismo, ideas en las que se fundamenta la ACT o Acceptance & Commitment Therapy (Luciano y Hayes, 2001), para ello deben de mejorar su integración social y su adaptación a través de sus verdaderos valores tanto emocionales, como profesionales y culturales. Además deben reconocer el valor de la humildad y el por qué de la mentira y sus consecuencias, sabiendo que todas las personas son diferentes y que por tanto cada uno tiene sus valores que deben potenciar en función de sus posibilidades.


Referencias

  • Adler, J. E. (2006). “Lying, deceiving, or falsely implicating”, Journal of Philosophy, 94, 438-449.
  • Carson, T. L. (2006). "The Definition of Lying", Journal of Philosophy, 40, 284-306.
  • Goffman, E. (2006). Frame Analysis: Los marcos de la experiencia. Londres, Ed. CIS.
  • Lemos, S. (2005). Simulación, engaño y mentira, Revista del consejo general de colegios oficiales de psicólogos, 26.
  • Luciano, M.C. y Hayes, S.C. (2001). Trastorno de evitación experiencial. Revista Internacional de Psicología Clínica y de la Salud, 1, 109-157.
  • Nolan, C. (2008). The Dark Knight. [Película], EE.UU.
  • Pérez Álvarez, M. (2003). Las cuatro causas de los trastornos psicológicos. Madrid, Editorial Universitas.
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