Potenciales relacionados a eventos

De Mentira Pedia
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Los potenciales relacionados a eventos (PRE o, en inglés, ERP) son una serie de potenciales evocados de carácter endógeno, que ocurren generalmente en el entorno de los 100 a los 800 milisegundos y se registran en el cuero cabelludo como respuesta a estímulos sensoriales, motores o cognitivos. Son altamente sensibles a cambios en el estado del sujeto, el significado del estímulo y/o las demandas del procesamiento de información de la tarea. Su aplicación se ha centrado en el estudio de las bases fisiológicas de la percepción, la memoria y la cognición (Tabullo, y otros, 2006) (Wikipedia, 2016) (Hernández Barros, 2006) (Duarte Expósito, Nieto Barco, de Vega Rodríguez, & Barroso Ribal, 2004) (Lolas, 1979).



Los potenciales evocados[1] son respuestas eléctricas del sistema nervioso producto de la aplicación de un estímulo. Estas respuestas, traducidas a potencial eléctrico, consisten en una secuencia de ondas, ligadas temporalmente al estímulo que las provoca, por lo que cada una de ellas posee una latencia, amplitud y polaridad específica. El potencial evocado supone, por tanto, una modificación del potencial eléctrico en el sistema nervioso que se produce en respuesta a una estimulación externa (por un estímulo auditivo, visual, mecánico o eléctrico), o a un evento interno, como una actividad cognitiva (atención, la preparación motora, etc.). Los potenciales evocados se pueden detectar a través de técnicas como la encefalografía (EEG)[2] o la electromiografía (EMG)[3] (Petisco R., 2015).

Así pues, los PRE son variaciones de voltaje que ocurren en el córtex cerebral cuando la respuesta eléctrica es consecuencia no sólo del estímulo aplicado, sino que también es producida por el procesamiento cerebral que el sujeto lleva a cabo a consecuencia del estímulo o a falta de éste en una secuencia de estímulos. En contraposición a los PRE, los potenciales evocados exógenos[4] se producen como respuesta a un estímulo físico externo detectado por los sentidos. Aparecen con latencias menores de 60-80 milisegundos, son determinados primariamente por las características físicas del estímulo y relativamente insensibles a diferencias en el estado psicológico del sujeto. Han sido más utilizados en la práctica médica que en la psicológica (Muñoz G. & Jiménez C., 2008).

Por otra parte, hipótesis recientes acerca de la significación funcional de los componentes positivos y negativos de los PRE, proponen que la actividad eléctrica cortical en respuesta a estímulos se organiza en ciclos de polarización negativa y positiva, que corresponden a la acumulación y el consumo de recursos neuronales para su procesamiento. Los componentes positivos corresponderían a señales de “realimentación” inhibitorias hacia la red sensoriomotora, que media la selección de respuestas a los estímulos. Cuando se presenta un estímulo que corresponde con la expectativa del sujeto, su procesamiento concluye rápidamente y las neuronas corticales se re-polarizan, generándose un potencial positivo. Por el contrario, cuando el estímulo no es congruente con la expectativa generada, se reclutan más recursos para su procesamiento, aumentando la despolarización cortical y generándose un componente negativo (Tabullo, y otros, 2006).

Cómo se generan

Los PRE son generados por cambios de polaridad de la membrana celular en el sistema nervioso. Son el resultado de la actividad sincrónica de una población neuronal encargada del procesamiento de la información específica necesaria para cumplimentar dicha tarea. Este potencial de membrana de las neuronas se altera durante la actividad sináptica y durante los potenciales de acción que acompañan a los procesos cognitivos. Este flujo de corriente a través de las membranas neuronales y gliales genera potenciales de campo en el líquido extracelular que pueden ser detectadas en forma de PRE. Los PRE producidos por señales sensoriales consisten en una serie de componentes o picos de voltaje positivos o negativos (Duarte Expósito, Nieto Barco, de Vega Rodríguez, & Barroso Ribal, 2004).

Principales características de los componentes de los PRE

Son: la polaridad, la latencia (medida por el tiempo transcurrido entre la presentación del estímulo y la aparición de la respuesta), la distribución en el cráneo, la localización de las fuentes generadoras del PRE y la función del componente. La forma más común de nombrarlos es en función de su latencia y polaridad. Por ejemplo, el componente positivo que aparece aproximadamente a los 300 milisegundos después de la presentación del estímulo en la media de la población se nombra P300[5]. No obstante, algunos componentes son nombrados según su origen y función como el PEATC (Potencial Evocado Auditivo de Tallo Cerebral)[6], la negatividad de procesamiento (conocida por sus siglas en inglés: MMN) y la onda de expectancia (también conocida por sus siglas en inglés: CNV) (Hernández Barros, 2006).

Cómo se obtienen

Fijando electrodos con pasta conductora en el cuero cabelludo del sujeto. La información proveniente de estos electrodos es registrada por un ¨hardware¨ especializado, que al conectarlos a un ordenador permite la adquisición y análisis de los PRE usando un ¨software¨ específicamente diseñado para este fin. La estimulación psicológica se realiza en otro ordenador, dotado de un software especializado que funciona como estimulador psicofisiológico. La conexión entre ambos ordenadores garantiza la precisión y cronometraje de las respuestas registradas (Hernández Barros, 2006).

Investigación

Todo comienza cuando en 1929 Hank Berger descubre el electroencefalograma (EEG). Usando este descubrimiento, Berger reveló que se podría medir la actividad eléctrica del cerebro humano mediante la colocación de electrodos en la superficie de la cabeza, la intensificación de la señal y la posterior representación de los cambios de voltaje en un periodo de tiempo. Berger observó que los voltajes pueden ser influenciados por eventos externos que estimulan los sentidos. Sin embargo, durante las primeras décadas fue muy difícil evaluar el proceso neural específico enfocado a la neurociencia cognitiva, debido a los resultados que se obtenían por las características propias de la prueba de EEG, las cuales hacían difícil aislar los procesos individuales neurocognitivos. Actualmente, los PRE ofrecen un método más sofisticado de extraer eventos sensoriales, cognitivos y motores más específicos usando una simple técnica de promediar (Wikipedia, 2016).

En torno a 1936 Pauline y Hallowell Davis registraron el primer PRE en humanos despiertos (publicándose más tarde, en 1939). Posteriormente, en la década de 1940, el ritmo de investigaciones se frenó debido a la Segunda Guerra Mundial, de forma que hasta la siguiente década no se volvería a retomar con fuerza. Así se llega a 1964, momento en que investigaciones hechas por Grey Walter y sus colegas inauguran la era dorada de los PRE cuando se presentó el primer PRE conocido, al que se llamó “Variación Contingente Negativa” (CNV). Al año siguiente Sutton, Braren y Zubin dieron el siguiente gran paso con el descubrimiento del componente P3. Durante los siguientes quince años, los componentes de los PRE se hicieron muy populares. Sobre todo en la década de 1980, cuando la introducción de computadoras económicas abrió un nuevo camino en el estudio de la neurociencia cognitiva. Actualmente, el uso de PRE es uno de los métodos a los que más se ha recurrido en neurociencia cognitiva para estudiar los correlatos fisiológicos de la actividad asociada con el procesamiento de información sensorial, de percepción y de cognición (Wikipedia, 2016).

PRE más destacados

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La variación negativa contingente (VNC)

Fue uno de los primeros PRE descritos. El honor se les debe a Walter y sus colaboradores (Walter, Cooper, Aldridge, McCallum y Winter) que en 1964 publicaron su hallazgo en la revista Nature. La importancia de su descubrimiento radica en que fue uno de los primeros estudios que mostró que se podían obtener patrones consistentes en la amplitud de respuestas eléctricas a partir del ruido de fondo que aparece en la EEG y que esta actividad cerebral podría estar relacionada con procesos cognitivos de atención-expectación (Contingent Negative Variation, 2014).

Es un cambio de potencial, negativo, lento y de larga duración, que se desarrolla sobre la región fronto-central del cerebro durante el intervalo entre dos estímulos: el primero, que sirve de aviso, y el segundo, que sirve de estímulo imperativo y al que el sujeto debe responder de forma externa o encubierta. Alcanza su máxima amplitud cuanto más cerca estamos del segundo estímulo. La VNC comienza después del último componente positivo del potencial evocado correspondiente al primer estímulo (E1), entre 200 y 400 milisegundos, y termina abruptamente con la presentación del segundo estímulo (E2). La duración y topografía depende del lapso que separa los dos estímulos. Generalmente es de un segundo, aunque se han observado VNC incluso con lapsos entre estímulos de 20 segundos. Parece que tiene que ver con procesos de preparación de respuesta. Sin embargo, algunos autores en estudios posteriores sugieren que la VNC está compuesta en realidad por dos componentes distintos: las denominadas O-wave (Orientation wave u Ondas de orientación) y las E-wave (Expectation wave u Ondas de expectación). Estos autores afirman al respecto, que la primera onda es un signo de orientación, mientras que la segunda tiene que ver con el potencial de respuesta (Escera, Corral, & Núñez-Peña, Potenciales evocados cerebrales en el contexto de la investigación psicológica: una actualización, 2004). Si bien es uno de los PRE donde los autores más difieren, se puede decir que hay consenso en dos aspectos: la VNC se puede generar independientemente de una acción motriz ya que se han encontrado situaciones en las cuales el sujeto espera una palabra o una imagen proyectada y donde no existe la exigencia de una respuesta motriz por parte de éste; la VCN es un potencial compuesto que proviene de diferentes fuentes intracraneales, cuya distribución varía en función de las variables constituyentes de la tarea a realizar y de la modalidad de la estimación (Muñoz G. & Jiménez C., 2008).

Potencial N100 o “Processing Negativity”

Este potencial aparece en la región fronto-central del cerebro en el rango de latencias de los 80-120 milisegundos posteriores al estímulo. Se ha observado su mayor amplitud ante estímulos imprevistos en ausencia de otras tareas, como por ejemplo, durante las fases de sueño REM y No REM, en pacientes en estado de coma, etc. Los estímulos que lo elicitan pueden ser: auditivos, visuales (potencial N1), olfativos, de calor, dolor, equilibrio, respiración y somato sensoriales. Su descubrimiento se debe a la investigadora Pauline A. Davis a mitad de la década de 1970 (N100, 2016). Este potencial surge al comparar la actividad evocada por estímulos atendidos con aquella evocada por estímulos no atendidos (Escera, Corral, & Núñez-Peña, Potenciales evocados cerebrales en el contexto de la investigación psicológica: una actualización, 2004).

Potencial P120 y P170

El potencial P120 aparece en la región occipital del cerebro en el rango de latencias de los 100-130 milisegundos. Se ha observado que su mayor amplitud ocurre durante la observación y el procesamiento de caras. Concretamente se relaciona con el procesamiento de los rasgos exteriores de las caras. (Olivares, Saavedra, & Iglesias, 2012). El potencial P170 aparece en la región temporal posterior del cerebro con su mayor amplitud en las regiones occipito-temporales pericraneales. Sus generadores parecen localizarse en regiones temporales basales y occipitales estriadas incluyendo el FFA (Face Fusiform Area) del giro fusiforme lateral. Se da en el rango de latencias de los 150-200 milisegundos y ocurre durante la observación y el procesamiento de caras. Concretamente se relaciona con el procesamiento de los rasgos interiores de las caras, es decir, de los rasgos definitorios de las caras y de sus relaciones espaciales. Esta activación se da ante la presencia de una configuración “canónica” de los estímulos faciales y conduce a la posterior identificación o no de una cara conocida.

Se ha demostrado que el P170 estaría relacionada con un procesamiento “de abajo a arriba” ante caras desconocidas y “de arriba abajo” ante situaciones en las que se tiene conocimiento a priori de la apariencia física, es decir, ante caras conocidas (Olivares, Saavedra, & Iglesias, 2012). Si la tarea implica procesamiento de expresiones emocionales, la N170 es especialmente sensible a la atención. Estudios señalan que se incrementa la amplitud de la señal eléctrica en respuestas a caras con expresiones emocionales de miedo, sin embargo desparece cuando la atención del sujeto se dirige a la realización de otra tarea (Acosta Ymas, Bobes León, & Valdés Sosa, 2007).

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(A). Ondas relacionadas con las primeras etapas del procesamiento de caras. Se muestra la onda N170 (más notable en el emplazamiento T6, temporal posterior derecho), que fue de mayor amplitud para los rasgos internos (línea de puntos) de la cara versus los externos (línea continua). En la parte inferior se muestra la P120 (P1) en O2, que fue de mayor amplitud, en este caso, para los rasgos externos de la cara. (B) Mapa de voltaje mostrando la distribución topográfica en el cuero cabelludo de la N170 (región posterior temporal derecha). (Olivares, Saavedra, & Iglesias, 2012).

Potencial de disparidad o “Mismatch negativity” (MMN)

Se registra con máxima amplitud negativa en áreas centrales y frontales, y con polaridad positiva en los registros realizados en las apófisis mastoides. Su latencia se sitúa en torno a los 150 ms. Se obtiene al presentar un estímulo discrepante dentro una secuencia de estímulos auditivos (concretamente, con la detección del cambio acústico y no con la simple activación de poblaciones neuronales específicas. Este estimulo se caracteriza porque presenta una baja probabilidad de aparición y difiere del estímulo típico en alguno de sus atributos físicos -frecuencia, intensidad, duración, tono o localización.

La MMN se obtiene de forma pasiva (se ha registrado incluso en niños recién nacidos y en pacientes en coma) cada vez que un estímulo no coincide con una representación sensorial de las características físicas almacenadas en la memoria ecoica. Sin embargo, a pesar de su automaticidad, se considera un potencial endógeno por: a) este potencial aumenta de amplitud cuando se disminuye la intensidad o duración del estímulo y b) existe una relación cuantitativa entre la latencia y el proceso consciente de discriminación de los estímulos que lo activan (Escera, Mecanismos cerebrales de la reorientación atencional involuntaria: potencial de disparidad (MMN), N1 y P3a, 1997). La disponibilidad temporal de esta huella en memoria se ha estimado en unos 10 segundos. Los generadores se localizarían en el córtex auditivo primario o en sus proximidades, con una contribución del córtex frontal (Escera, Corral, & Núñez-Peña, Potenciales evocados cerebrales en el contexto de la investigación psicológica: una actualización, 2004).

Potencial N200

Componente negativo que se observa en la región fronto-temporal y cuya latencia ronda los 200-350 milisegundos. Las primeras evidencias de este potencial se atribuyen a los experimentos realizados por Sutton, Braren y Zubin en 1965 (N200, 2016). Se define como un componente de: a) orientación atencional a los estímulos desatendidos que lo provocan o b) de discriminación de los estímulos atendidos Puede ser observado un componente positivo que acompaña al N2 en tareas de clasificación que utilizan categorías semánticas en la que los cambios estímulos son relevantes en una tarea (Tabullo, y otros, 2006). El componente N200 se subdivide en varios subcomponentes: N2a o MMN auditivo, N2b y N2c. Su latencia, amplitud y distribución varía según las características del experimento. Funcionalmente responde de manera similar al potencial P3b, por lo que generalmente se buscan que aparezcan ambas en un mismo experimento.

Potencial N250r

Es un potencial que aparece en la región temporal inferior, concretamente se localizan sus posibles generadores en el giro fusiforme y su máxima amplitud en el lado derecho. Su latencia se sitúa en el rango de los 230-330 milisegundos con su pico máximo en los 250 milisegundos. La N250r ha sido caracterizada como una respuesta cerebral sensible a la repetición de caras, esto es, a la familiaridad de éstas (Olivares, Saavedra, & Iglesias, 2012).

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A) Ondas relacionadas con la activación de representaciones faciales. Se muestra la onda N250, que fue de mayor amplitud para las caras conocidas (líneas continuas) versus las caras desconocidas (líneas discontinuas). B) Mapa de voltaje mostrando la distribución topográfica de la N250 ante caras conocidas en una tarea de familiaridad explícita (Olivares, Saavedra, & Iglesias, 2012).

Potencial P300

El potencial P300 es un componente positivo cuya latencia se sitúa entre los 250-500 milisegundos (aunque puede llegar a los 1000 milisegundos) y se registra con una distribución topográfica centro-parietal que no varía con la modalidad sensorial de los estímulos utilizados (visual o auditivo) (Terol, Álvarez, Melgar, & Manzanero, 2014) A este potencial se le ha asociado una gran variedad de procesos cognoscitivos complejos. En 1986 el investigador R. Johnson los englobó en 3 dimensiones: 1) probabilidad subjetiva, 2) significado del estímulo y 3) transmisión de la información. El potencial P300 involucra entre otros a procesos de atención, memoria y cognición (Muñoz G. & Jiménez C., 2008). Se puede considerar como un indicador de detección de un evento improbable dentro de una secuencia de probables. El paradigma clásico para la obtención de la onda P300 es el estímulo infrecuente (“the oddball paradigm”) (Muñoz G. & Jiménez C., 2008). Este potencial no requiere de la presencia física del estímulo sino del contenido de la información del evento, lo que significa que podría registrarse P300 en ausencia del estímulo cuando la ausencia del mismo tenga una significación en el contexto de la tarea de procesamiento. A su vez el componente P300 se puede subdividir en dos componentes concretos:

- El P3a “novedad”: con una latencia situada en torno a los 250-280 milisegundos, ha sido asociado con la atención y el procesamiento de la novedad.

- El P3b (o P300 “clásico”): aunque suele tener el máximo alrededor de los 300 milisegundos, el pico de latencia puede variar en torno a los 250-500 milisegundos (según la tarea). Se relaciona con el reconocimiento de eventos improbables de forma que a mayor improbabilidad de que ocurra el evento la amplitud de la P300 será mayor, y viceversa.

Potencial N400

Es una onda negativa de topografía centro-parietal cuya latencia se sitúa en torno a los 400 milisegundos. Se considera un indicador de incongruencia semántica. Fue descubierto por Hillyard y Kutas en 1980 al estudiar los efectos de la presentación de una palabra semánticamente anómala al final de una frase. Estos dos autores concluyeron que el N400 era un índice de la cantidad de preparación semántica o activación que una palabra recibía del contexto que la precedía (Escera, Corral, & Núñez-Peña, Potenciales evocados cerebrales en el contexto de la investigación psicológica: una actualización, 2004). Sin embargo, tras numerosos estudios posteriores se ha ido concretando y ampliando el concepto con demostraciones tales como: a) el N400 se genera no solo con violaciones de memoria semántica sino también con las de memoria episódica, b) el N400 puede ser obtenido también por percepción de acciones y movimientos humanos que resultan incongruentes con la lógica conocida por el sujeto y reflejan un mecanismo neurocognitivo común relacionado con la construcción del significado mediante las expectativas creadas por experiencias previas y la información contextual actual (Terol, Álvarez, Melgar, & Manzanero, 2014).

Potencial LPC

Es un componente que, como sus siglas en inglés indican (Late Positive Component), es positivo y tardío. Su máxima amplitud se da en el entorno de los 400-800 milisegundos. Este PRE ha sido observado y analizado en estudios sobre la memoria de reconocimiento, demostrándose una mayor asociación con la explícita que con la implícita. De hecho se observan mayores respuestas de LPC cuando los sujetos realizan juicios basados en recuerdos. La positividad que le caracteriza es similar a la P300, P3b o la P600 enlace a P600 Wiki. (Late Positive Component, 2016).

Aplicaciones

Los PRE son utilizados ampliamente en neurociencia, psicología cognitiva, ciencia cognitiva, e investigación psicofisiológica. Psicólogos experimentales y científicos en neurociencia han descubierto muchos estímulos diferentes que inducen PRE confiables en participantes. La sincronía de estas respuestas se piensa que proporciona una medida de la sincronía de la comunicación del cerebro o de la sincronía del procesamiento de la información (Wikipedia, 2016).

Por medio de esta clase de PE se estudian, además de las vías sensoriales, otros procesos que se llevan a cabo en el Sistema Nervioso Central (SNC). Los PRE ofrecen la oportunidad de explorar los mecanismos que intervienen, como ya se mencionó, en la atención selectiva, en la cognición y en otras funciones corticales complejas ya que la presencia de estos PE proporciona información importante del procesamiento que lleva a cabo el cerebro. Entre estos PRE se encuentran, entre otros, la onda P300, el potencial variación negativa contingente (contingent negative variation - CNV), los PE motores y los PE de la frecuencia cardiaca (Muñoz G. & Jiménez C., 2008).

Existen varios componentes tardíos en los PE que están asociados con diferentes etapas del procesamiento de información. La forma de estimulación tiene influencia decisiva en la aparición de estos componentes; por ejemplo, cuando los estímulos son relevantes disparan un complejo de ondas endógenas que incluyen la onda N200 y el P300. Cuando se presenta una secuencia con estímulos relevantes e irrelevantes, sólo los estímulos relevantes provocan una onda positiva tardía. La amplitud de esta onda varía con el significado del estímulo relevante; por ejemplo, si el estímulo es impredecible el P300 es más grande, a diferencia de cuando el estímulo se conoce de antemano. Como resultado, su amplitud aumenta en forma inversa a la probabilidad de presentación del estímulo, mostrando características similares para los estímulos visuales y auditivos. Un cambio impredecible en una secuencia de estímulos similares, típicos o conocidos también provoca una onda P300; por ello, cuando la frecuencia de un estímulo de tonos repetitivos cambia repentinamente, también se dispara una onda. Por estas razones, se ha concluido que este potencial está relacionado con la evaluación cognoscitiva de la significación del estímulo, proceso que puede ser disparado por el evento disímil que captura la atención del sujeto o bien, por la atención que se presta a la información que puede contener el estímulo y que es de interés para el sujeto. Entre sus aplicaciones se hallan la diferenciación de edad, así como las pruebas de diagnóstico en alcoholismo o en demencia general (Muñoz G. & Jiménez C., 2008) o la detección del engaño (unido a una serie de protocolos y apoyándose en técnicas como el Test de Conocimiento Culpable – GKT – o el Test de Acciones Culpables – GAT) (Petisco R., 2015).

Uso de los PRE en contextos forenses y criminalísticos

Desde mediados de la década de 1980, uno de los usos más discutidos de los PRE está relacionado con la detección de culpables y de información oculta. La base de esta propuesta reside en que los potenciales relacionados con eventos, y más específicamente el P300, podrían determinar si una información específica está previamente almacenada en el cerebro de una persona aunque no la haga explícita (Rosenfeld, Nasman, Whalen, Cantwell y Mazzeri, 1987). Por esta razón, según Farwell (2012) se podría utilizar como método para evaluar el conocimiento que un sujeto tiene de la escena de un crimen o de los detalles de dicho crimen (para más detalle, ver: Huella dactilar cerebral específica). Así podría ser utilizada para evaluar el conocimiento particular que el sujeto tiene de la secuencia de eventos en relación a su coartada (Makeig, 2005), o si una persona conoce previamente a otra. Algunos de los procedimientos de uso propuestos son el Test de Conocimiento Culpable (GKT) y el Test de Información Oculta (CIT) (para más detalle ver: Prueba de la P300). (Terol, Álvarez, Melgar, & Manzanero, 2014).

Dificultades para la extrapolación directa de los PRE a la psicología jurídica

Al menos existen tres problemas no resueltos:


a) La P300 y la N400 pueden ser sensibles pero no específicas.

b) No podemos identificar todavía exactamente cuánto del proceso cognitivo que hipotetizamos que recoge el registro, está contaminado por artefactos de medición.

c) No sabemos con exactitud la localización de los generadores de los potenciales.


Además, existen otros problemas operacionales no menos importantes: .


d) ¿Cuándo se puede considerar que 2 componentes son diferentes en el sentido de indexar procesos cognitivos diferentes, o que por el contrario, son variantes de un mismo PRE que se modulan en función de un cambio o modificación menor en el paradigma?


Por ejemplo el componente endógeno que se conoce como P300 puede variar en latencia en un amplio entorno alrededor de 300-1000 ms. En el caso de los componentes lingüísticos y algunos relacionados con la atención, sólo se identifican visualmente en el potencial promedio de un grupo. Para poder determinar entonces su presencia o no en los PRE individuales, se requieren procedimientos estadísticos. Estos estadígrafos sin embargo no resultan totalmente adecuados pues asumen determinados supuestos que no se cumplen para la actividad bioeléctrica.

Así pues, la principal limitación reside en que los métodos de PRE no detectan mentiras sino que, cuando aparece un positivo en esta prueba, sólo puede concluirse que esa información puede ser relevante para la persona, pero no porqué (Terol, Álvarez, Melgar, & Manzanero, 2014).

Referencias

1. Acosta Ymas, Y., Bobes León, M., & Valdés Sosa, M. (2007). Modulación de la N170 por caras con expresiones emocionales en un paradigma de P300. Revista CENIC Ciencias Biológicas, 38(2), 165-173.

2. Duarte Expósito, M., Nieto Barco, A., de Vega Rodríguez, M., & Barroso Ribal, J. (2004). Potenciales evocados cerebrales asociados al efecto de imaginabilidad en el procesamiento semántico. Revista de Neurología(39), 1123.

3. Escera, C. (1997). Mecanismos cerebrales de la reorientación atencional involuntaria: potencial de disparidad (MMN), N1 y P3a. Psicothema, 9(3), 555-568.

4. Escera, C., Corral, M., & Núñez-Peña, M. (2004). Potenciales evocados cerebrales en el contexto de la investigación psicológica: una actualización. Anuario de psicología, 35(1, 3-21), 9-18.

5. Hernández Barros, D. (Julio - diciembre de 2006). Potenciales relacionados a eventos cognitivos en psicología del deporte. Revista Iberoamericana de Psicología del Ejercicio y el Deporte, 1(2), 105-117.

6. Lolas, F. (1979). Potenciales cerebrales ligados a eventos. Arq. neuro-psicquiátrica, 37(3), 274-2833.

7. Muñoz G., C., & Jiménez C., J. (junio de 2008). Potenciales evocados y cognición. Revista mexicana de ingeniería biomédica, 58-63.

8. Olivares, E., Saavedra, C., & Iglesias, J. (2012). Potenciales evocados como marcadores nuerofisiólogicos de la percepción y el reconocimiento de caras. Revista Latinoamericana de piscología, 44(2), 27-38.

9. Petisco R., J. M. (15 de enero de 2015). La neurociencia al servicio de la seguridad nacional. La "prueba de la P300". Instituo Español de Estudios Estratégicos, 2.

10. Tabullo, Á., Pérez Leguizamón, P., Sánchez, F., Galeano, P., Segura, E., & Yorio, A. (2006). Potenciales cerebrales relacionados con categorización lógica en humanos: estudio descriptivo y planteos experimentales. Anuario de investigaciones, 14, 40.

11. Terol, O., Álvarez, M., Melgar, N., & Manzanero, A. L. (2014). Detección de información oculta mediante potenciales relacionados con eventos. Anuario de Psicología Jurídica, 49-55.

12. Wikipedia. (21 de junio de 2014). Obtenido de https://es.wikipedia.org/wiki/Variaci%C3%B3n_contingente_negativa

13. Wikipedia. (7 de febrero de 2014). Obtenido de https://en.wikipedia.org/wiki/Contingent_negative_variation

14. Wikipedia. (7 de febero de 2014). Obtenido de https://en.wikipedia.org/wiki/Contingent_negative_variation

15. Wikipedia. (18 de mayo de 2016). Obtenido de https://en.wikipedia.org/wiki/Event-related_potential

16. Wikipedia. (17 de mayo de 2016). Obtenido de https://en.wikipedia.org/wiki/N100

17. Wikipedia. (17 de mayo de 2016). Obtenido de https://en.wikipedia.org/wiki/N100.

18. Wikipedia. (17 de mayo de 2016). Obtenido de https://en.wikipedia.org/wiki/N200_(neuroscience)#Functional_sensitivity

19. Wikipedia. (17 de mayo de 2016). Obtenido de https://en.wikipedia.org/wiki/N200_(neuroscience)

20. Wikipedia. (17 de mayo de 2016). Obtenido de https://en.wikipedia.org/wiki/Late_positive_component

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